5to Festival de Jazz EU: Derribando y Expandiendo Fronteras
El Festival de Jazz EU se ha posicionado como uno de los eventos más ambiciosos de este estilo que se desarrollan en Chile. Trayendo músicos de distintos países de Europa, contribuye a nutrir la escena nacional mediante la exposición de nuevas propuestas en conciertos y clases magistrales, a la vez que agrega espacios para que los jazzistas chilenos se muestren fuera de los habituales clubes y locales. Para su quinta versión realizada entre los días 26 y 30 de noviembre, hubo cinco delegaciones extranjeras correspondientes a Francia, Alemania, Italia, Polonia y Bélgica presentándose junto a cinco agrupaciones nacionales. Los espacios utilizados fueron en esta ocasión Patio Bellavista y Thelonious Lugar de Jazz para conciertos y la Escuela Moderna de Música y Danza con el Instituto Profesional Projazz para clases magistrales (albergando este último un concierto también).
La tónica del festival fue la variedad de propuestas con un criterio amplio para decidir qué puede caber dentro del rótulo «jazz». Dos conjuntos que quisiera resaltar de la «delegación europea» fueron Henri Texier Hope Quintet de Francia y el dúo alemán de Florian Ross y Udo Moll. El primero presenta un color instrumental muy interesante. Su sección rítmica se compone de contrabajo (a cargo de Henri Texier), guitarra y batería, pero el grupo cuenta además con un saxofón barítono cumpliendo una función melódica. El quinto elemento es el hijo del líder del conjunto, Sébastien Texier, quien tocó saxofón alto, clarinete y clarinete alto, siendo este último un instrumento rara vez visto por estos lados. La música del quinteto posee una fuerte sensación rítmica proveniente del jazz, pero con una sonoridad que podría asociarse (probablemente equívoca e ingenuamente) con medio oriente. También mostró un entramado muy bien logrado entre improvisación libre y composiciones, siendo los momentos compuestos delatados sólo por el uso de unísonos en los vientos.
El segundo grupo mencionado se compone de Florian Ross en piano y Udo Moll en trompeta, ambos utilizando electrónica. El dúo posee dos características centrales que lo definen. En primer lugar, su arte es totalmente improvisado, al punto que no ensayan. En segundo lugar, su música no está pensada desde ningún estilo, ni siquiera desde el free jazz. Estos elementos hacen de su presentación algo verdaderamente libre y único en el tiempo. Posiblemente cualquier descripción del conjunto sea insuficiente a la hora de querer transmitir su sonoridad, pero lo que se escuchó aquel sábado 29 de noviembre en Projazz destacó por tener un uso elegante de la electrónica y una sensibilidad profunda a la hora de escoger volúmenes y atmósferas. A falta de mejores palabras, recomiendo ver este video para tener una idea de lo que pudo haber sucedido (pero que en definitiva no sucedió) en ese concierto.
Por su parte, la «delegación chilena» destacó por estar a la altura de un festival internacional como lo fue éste. Al igual que su contraparte europea, el jazz chileno se presentó con una gran diversidad de propuestas, compuestas por el noneto de Roberto Dañobeitia, el cuarteto de Felipe Riveros, La Kut, Cuarteto Psicosis y el quinteto de Roberto C. Lecaros. Considerando la sofisticación compositiva de Dañobeitia, la calidad instrumental e improvisativa de los conjuntos liderados por Riveros y Lecaros, y el sonido ecléctico de Psicosis y La Kut, se hace difícil resaltar a sólo uno o dos de estos conjuntos. El grupo que más me sorprendió (especialmente porque no lo conocía) fue La Kut. Este conjunto, cuyo nombre es una sigla que corresponde a Konfusión Unitaria Transformista, estuvo compuesto en esta ocasión por Sebastián Carrasco en trompeta, Edén Carrasco en saxofón alto, Marcelo Maldonado en trombón, Raúl Díaz en bajo eléctrico, Matías Mardones en batería y Marcelo Troncoso en guitarra. Su sonido, fusión de jazz, rock, improvisación libre y a ratos incluso de música bailable, es directo y potente, casi al límite de lo agresivo en algunos momentos. Baladas algo mareantes y temas con rebeldía rockera son parte de un repertorio que promete no dejar indiferente a nadie. Una vez más, ante lo novedoso del sexteto no se puede sino recomendar un pequeño material audiovisual para imaginar cómo éste suena.
El Festival de Jazz Eu (o más correctamente llamado Festival de Jazz Chileuropa), uno de los eventos más esperados del año al igual que el Festival Internacional de Jazz de Providencia, estuvo a la altura de las expectativas que durante cuatro años consecutivos supo generar. Fruto de la colaboración de un buen número de países europeos y Chile, permitió dar una vez más ese paso que la tecnología, con su acortamiento de distancias, no ha podido replicar en su totalidad: la emoción de escuchar en vivo una música que se gestó a miles de kilómetros de distancia. Sonoridades diversas fueron el elemento principal que caracterizó la muestra de un jazz contemporáneo que tiende cada vez más a la expansión de sus fronteras (dejemos de lado, por el momento, la idea de que el jazz actual ya no es jazz). Este festival fue además una evidencia del status-quo de esta música en Chile: variada y de nivel internacional, como ya se ha dicho. Si el lector se lo perdió, aquí puede encontrar la lista de conjuntos que participaron de ésta su quinta versión.El Guillatún