El Guillatún

«Uno puede hacer una obra con lo que sea: tierra, papel, fuego, agua»

Escultura «Qué es un ser vivo» de Renato Órdenes

Escultura «Qué es un ser vivo» de Renato Órdenes.

El trabajo de Renato Órdenes San Martín (27), destaca por su cercanía con la fauna, naturaleza y seres vivos en general. Asimismo, la utilización de diversos materiales hace que sus obras estén llenas de sorpresas, ofreciendo desde dibujos a carboncillo, a figuras incendiándose, o interesantes instalaciones al aire libre. Sin embargo, lo más aplaudido por el público —hasta el momento— son sus esculturas en plasticina. Es más, gracias a su obra Cautiverio Será, fue premiado con un viaje a París por el concurso «Inspirarte» de Té Lipton, en octubre del año pasado.

Órdenes se tituló de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en 2009, y se ha desempeñado como profesor de Escultura en la Escuela de Arte de la Universidad Viña del Mar. Además, ha expuesto su trabajo en diferentes galerías a nivel nacional e internacional, destacando Apropiación —estrenada entre el 2 y 12 de diciembre 2011 en la galería H3 Concept Gallery de Francia, París— trabajo en conjunto a su amiga y ex compañera de universidad Javiera Hiault-Echeverria. Sin mucho más que contar por nosotros, te invitamos a conocer a Renato Órdenes, este artista incipiente nacional, en la siguiente entrevista.

DESDE LA INFANCIA

—¿Qué fue primero: tus obras en plastilina o tu interés por estudiar arte?
—Actualmente es una decisión importante seguir trabajando con plasticina. Este material me ha acompañado desde mi infancia, y fue en ese momento donde descubrí mi fascinación por hacer cosas con todo tipo de materiales. Cuando uno es niño, no anda con preocupaciones estéticas, ni si esto o lo otro tendría algún sentido práctico. Solo es el gusto de hacer cosas: jugar, descubrir, aprender y disfrutar ese momento. Yo aprendí así. El estudiar arte no te convierte en artista, eso es una ilusión. Hay que querer serlo y hacerlo, no existe ningún atajo (…).

—¿Utilizas otros materiales además de la plasticina?
—He trabajado con varios materiales, no encierro mi trabajo a un solo material. El problema del material tiene su justificación según las condiciones de trabajo y la afinidad con ellos, por ejemplo: trabajé un tiempo en bronce, porque tenía las ganas, un maestro que me enseñaba y el lugar para poder hacerlo; así como también yeso y fierro. Cuando me proponen una exposición, o hacer una obra determinada, primero pienso el lugar y el espacio donde trabajaré y luego pienso en el material. Cuando estoy en mi casa, trabajo con plasticina, cera y lana. Uno puede hacer trabajos con lo que uno quiera: tierra, papel, fuego, agua, etc., para eso están las cosas.

—¿Por qué animales? ¿Existe alguna historia detrás o algún simbolismo que nos quieras contar?
—Desde pequeño pienso en los animales, formaron parte de mi mundo y de mi imaginario desde ese tiempo. Construí mi abecedario de animales en mi cabeza. Los hacía en plasticina y los veía. Algunas figuras tenían 4 patas; otros, alas, pelos y escamas. Así comencé a trabajar con animales. Inventaba formas, y les daba un nombre. Me gustaban mucho los dinosaurios y me preguntaba por qué ya no existían; me preguntaba por qué ahora hay perros y no dinosaurios. Aún no me imagino como sucedió todo, pero mis primeras preguntas hicieron que me emocionara cada vez más este tipo de cosas, y es genial que pueda resolverlas a través del arte en este momento. Siento que son las respuestas más concretas que podría tener de preguntas tan antiguas y tan importantes para mí.

—¿Cómo definirías tu estilo artístico?
—No creo que tenga un estilo definido, trabajo con las formas y también me gusta dibujar. Me gusta hacer muchas cosas a la vez y no siento que tengan diferencia entre ellas. Cuando tengo la posibilidad de hacer una exposición, siempre me gusta hacer obras nuevas y pensadas para ese espacio, así como también hago cosas en mi casa que no tiene ninguna relación con las exposiciones. Creo que en la diversidad de trabajos y descubrimientos está el gusto por hacer más, porque no tengo ninguna definición ni absolutismos sobre mi trabajo. Me siento libre de hacer todo lo que se ocurra.

PREMIO, PARÍS Y APROPIACIÓN

—Háblanos de la obra con la que ganaste el concurso de la reconocida marca Té Lipton, Cautiverio será; de qué trata, cómo surgió la idea, cuál fue el proceso que llevaste acabo…
Cautiverio Será es una obra que pensé para «Galería Casa E» en Valparaíso. Quería continuar con mi trabajo en plasticina. Pensé en lo que me gustaría hacer y cómo podía hacer de ese espacio un lugar distinto… Pensé en el huemul: es un animal extraño, aparece en el escudo nacional, es endémico de Chile. Está tan presente, y a la vez, es tan desconocido, así que decidí hacer uno a escala 1:1 y ponerlo en el centro de la galería. Es increíble que estemos tan faltos de referentes reales, no conocemos bien nuestros propios animales: cuando lo veían la gente decía «qué lindo el bambi». Pensé en el cautiverio del arte, en el cautiverio de las obras en las galerías y museos, cómo el arte se ha estado domesticando a ciertas problemáticas y ciertas prácticas: siento que la práctica del arte no es libre y cada vez es más calculada, sin riesgo, sin amor.

—¿Qué sentiste al conocer los resultados del concurso? ¿Lo esperabas?
—No concursé con la ilusión de ganar. Hice como todos: envié una foto de mi trabajo y esperé. Cuando me avisaron que había sido el ganador de la semana, y que irían a grabar mi trabajo a Valparaíso, empecé a ilusionarme y era algo realmente impensado.

—¿Cómo ha sido tu experiencia en Francia? ¿Dónde expusiste, dónde te estás quedando y cómo ha funcionado el viaje?
—Después de saber que había ganado el premio, le avisé a mi amiga que vive en París. Ella se llama Javiera Hiault-Echeverria, es artista visual. Nos conocimos en el Instituto de Arte PUCV, éramos compañeros de curso. Le propuse hacer algo, que viajaba a París y teníamos que aprovechar el viaje. Ella habló con su galerista y nos ofrecieron la galería por casi dos semanas, así que pensamos una obra en conjunto. Pensamos lo que nos gustaría hacer, qué cosas queríamos decir: nació la obra Apropiación como una forma de decir lo que nos pasa con esto: con estar fuera, con ser chilenos, con saber cosas sobre el territorio chileno, con las emociones, con cada inquietud personal, con el robo del territorio mapuche, con no saber qué pasa realmente. Y funcionó mejor de cómo lo esperábamos. Hicimos un workshop de trabajo durante una semana para montar la exposición, donde la gente estaba invitada a participar en la construcción de la obra. Fue muy interesante exponerse a medida que uno trabaja y en realidad ambos trabajamos así, todo esto reafirmó nuestra forma de hacer nuestras obras y gatilló una serie de posibles trabajos en conjunto y un futuro próspero en ideas y proyectos.


Detalle de obra «Apropiación» de Renato Órdenes.

—¿Te sentiste cómodo en el ambiente de arte parisino?
—No por ir a París fui conocido allá (…) Lo que sí me gustó es haber trabajado con gente que no entendía mi idioma y cómo el hacer figuras en plasticina juntos borraba las distancias culturales y del lenguaje. Eso era muy agradecido por los parisinos y me llenaba de alegría.

«HAY QUE ESTAR EN CHILE»

—¿Tienes ganas o posibilidades de irte de Chile?
—No creo que el irme de Chile sería la respuesta para mi problema en arte. Es muy interesante nuestro país, hay que empezar a mirarlo con ojos nuevos. Creo, si, que es fundamental el viaje para conocer otras realidades, otros olores, otros sabores, otras formas de vivir, porque el mundo está lleno de todo. Siento que en Chile sólo viven chilenos y, por ende, somos una sociedad hermética y poco tolerante con el otro. Todo esto se debe a la educación. Hay que estar en el país para cambiar cosas, irme sería como tomar el atajo. Si quiero que la discusión en arte se profundice y se abra a la gente tengo que hacerlo desde acá. La producción artística debe dejar de ser oculta y rígida, tiene que ser una práctica común y entendible para todos. Tiene que ser honesta y libre, con posibilidades y financiamiento, con más gente que quiera hacer arte para construir una masa crítica que cambie cosas.

-¿Cuáles son tus planes para el futuro? ¿Cómo te ves en unos años más?
—Mi trabajo puede estar en todos lados y siento que estará en todos lados, no siento que tenga barreras que me impidan seguir haciendo lo que hago, ni barreras ideológicas, ni de gobierno ni económicas. Siempre hay algo nuevo que se puede hacer y con lo que sea. El mundo está lleno de posibilidades.

—¿Hay algo que desees agregar a la entrevista, que crees que faltó? ¿Algún mensaje que comunicar, alguna información que dar a conocer…?
—Quiero dar las gracias a las personas que han confiado en mi trabajo y me han entregado todo su amor; Peter Kroeger, José de Nordenflycht, Eduard Feliú, Emilio Lamarca, Isabel Ibañez, Don Carlos Lorca y familia (plasticinas Lorca), Javiera Hiault-Echeverria, Pierre Hiault y amigos en Francia, toda mi familia Ordenes-San Martín (Carlos, Carmen, Alexis, Bastián, Carla y todos) familia López-Droguett, mis amigos; Felipe Lucas Orellana, Cristian Cuevas, Carlos Silva, Manuel Vega, Andrés Armijo, Antonio Duarte, Macarena Ternicien, María Carlier, Daniela Parra, Anamaria Briede y Rodrigo Gómez, Mauricio Ortiz y Carola Molina y familia, a mi Paula Muriel López por quererme tanto y a todos los que han disfrutado este momento conmigo. Gracias de corazón.El Guillatún

Escultura en plasticina «Milton» (2008) de Renato Órdenes.
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