El Guillatún

De la literatura a la ópera fantástica

Los cuentos de Hoffmann - Met Opera

Los cuentos de Hoffmann - Met Opera

Pasan alrededor de 30 años entre el momento en que Offenbach asiste a la obra de teatro Los cuentos fantásticos de Hoffmann y la composición de su ópera Los cuentos de Hoffmann denominada por él mismo como «ópera fantástica».

Algunos biógrafos insisten en que Offenbach soñaba con componer una ópera «seria». Nos aventuramos a pensar que la denominación «ópera fantástica» tenía la intención de abrir un nuevo camino en el género, directamente relacionado con la literatura fantástica y tomando distancia con la creación operística de su tiempo.

Wagner, Berlioz y muchos otros compositores «serios» se ganaron a pulso sendas parodias y ridiculizaciones surgidas del divertido ingenio de Offenbach. Resulta incongruente pensar que él también quisiera incursionar en ese género desde una perspectiva romántica. Efectivamente la literatura fantástica toma una distancia con el romanticismo. Goethe despreciaba la literatura de E.T.A. Hoffmann.

La literatura fantástica de autores como E.A. Poe, R.L. Stevenson, y el mismo Hoffmann funciona como hábil bisagra entre el mundo posterior a la ilustración francesa (caracterizado por certezas eruditas) y un mundo que estaba a punto de enfrentarse a las explosivas ideas de Freud, Marx y Einstein. De hecho Freud se sirve del relato de Hoffmann El hombre de Arena en el que está basado el acto llamado «Olympia» de la ópera de Offenbach, para ilustrar su concepto «Unheimlich» que se puede traducir como «lo siniestro» o como «lo familiar, que se torna amenazador».

No es raro que los artistas dedicados al humor (un humor inteligente) se tornen en un momento dado a géneros más oscuros. (Podemos ejemplificar eso en nuestros días con el Woody Allen de las películas Interiors o September).

Es muy difícil evocar ese universo fantástico de fines del siglo XIX hoy en día. El espectáculo ofrecido recientemente por el Metropolitan Opera de Nueva York se queda corto en profundidad y subutiliza los infinitos recursos artísticos que da la misma obra, así como la virtuosa capacidad técnica de la sala del MET.

Sin embargo, las voces de Erin Morley como Olympia y de Thomas Hampson como los tres personajes Nemesis, nos ofrecen una gran excelencia.El Guillatún

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