El Guillatún

«No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán», nuevas perspectivas de interpretación

No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán

No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán.

La frase «No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán», que sirve de nombre a esta obra, está en las actas de las discusiones de la Junta Militar, que actuaba como poder legislativo. La obra emplea material que se desclasificó el año pasado. Los temas que se discuten son La organización sindical, La Huelga y el Lock Out, la Negociación Colectiva, la Subcontratación, la Ley Antimonopolios, y la situación de los Trabajadores del Cobre, pero no es un documental sino una creación teatral. Las discusiones son breves, superficiales, señalan la poca solvencia de los miembros de la Junta para tratar estos temas. Al Ministro del Trabajo, José Piñera, se le asigna un lugar muy secundario, puede participar cuando le hacen preguntas, pero sus opiniones casi no son tomadas en cuenta.

Presenta la obra el Colectivo Zoológico que el año pasado hizo una muy buena versión de Un Enemigo del Pueblo, de Ibsen, respetando el texto pero con algunos cambios para relacionarlo con nuestra realidad. No fue necesario cambiar mucho, porque la denuncia del doctor Stockman sobre la contaminación de las aguas del río, se podía aplicar casi igual al río Cruces de Valdivia donde murieron cisnes y peces por la contaminación industrial de sus aguas. Lo mejor de esa versión fue el modo en que ellos hicieron participar al público.

El Colectivo Zoológico hace Teatro Político. En ambas obras el problema central es que las decisiones que afectan a toda la sociedad se toman en pequeños grupos. En el caso de Un Enemigo del Pueblo, las autoridades condenan al Dr. Stockman por su estudio científico sobre la contaminación de las aguas. Lo que él hizo para proteger al pueblo de posibles enfermedades es visto como una deslealtad porque alejaría a los turistas, que son la principal fuente de ingresos. En No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán, la Junta Militar reestructura las Leyes del Trabajo para limitar la sindicalización y evitar las huelgas. Durante toda la discusión ronda el tema de la inclusión o exclusión de los trabajadores del cobre cuyo poder se ve como excesivo. Lo que el Colectivo Zoológico propone es que esas leyes, discutidas sólo por los cuatro miembros de la Junta, son las que rigen hasta hoy. El tema tiene completa actualidad en vísperas de la discusión de la Reforma Laboral.

En la puesta en escena resaltan las caracterizaciones del General Pinochet y del Almirante Merino. El modo de hablar tan fácilmente reconocible y los golpes de autoridad que daba dentro de la Junta el General Pinochet son bien y graciosamente representados por el actor Germán Pinilla. El aspecto físico y los modos de expresión del Almirante Merino tienen la acertada interpretación de Raúl Ampuero. En ambos casos los personajes resultan graciosos, sin caricaturizarlos. Especial importancia tiene el Ministro del Trabajo, José Piñera, interpretado por Juan Pablo Troncoso, a quien se repliega a un lugar secundario, lo hacen sentarse en una banqueta lateral, anda siempre con un negro maletín en que tendría muchos papeles, se le escucha pero no se le hace caso. Se recalca su carácter subordinado cuando, a pesar de no querer hacerlo, lo obligan a hablar en el acto en que se promulgan esas leyes, y él debe justificarlas. Un poco extraña es la participación del personaje que aparece como una secretaria encargada de tomar notas, redactar los acuerdos y luego presentarlos para la firma. Está vestida como una suboficial, pero participa en las discusiones, da argumentos que a veces son tomados en cuenta, sobrepasa el papel de una secretaria, sobre todo en el sistema militar. Como ella tiene a su cargo la redacción de los acuerdos y dar la forma final a los artículos, es más bien una Ministra de Justicia, como lo fue Mónica Madariaga. El personaje es interpretado por Viviana Nass.

La obra atrae por las buenas actuaciones dentro de una puesta en escena con ritmo ágil. Una de las mayores razones de su eficacia es que se basa en documentos desclasificados sólo el año pasado. Pero también queda en claro que hay en ella una verdad general y una interpretación política que la compañía da a los datos.

Varias obras han tratado en este último tiempo temas relacionados con la dictadura militar. Lucía de Ximena Carrera, mostró a Lucía Hiriart de Pinochet tiempo después de haber dejado el poder y desubicada respecto de su situación. En En el Jardín de Rosas, de Carla Zúñiga, también aparece Lucía Pinochet con gran deterioro en un hogar de ancianos. Superhéroes en tu jardín, de Daniela Contreras presenta la permanencia del dolor en una mujer joven, que de niña perdió a su madre por acción de un oficial de Ejército dueño de la casa en la que ella trabajaba como doméstica; la obra Hijos de… de Claudia Hidalgo muestra las deformaciones con que han quedado tres niños, hijos de un padre militar, violador y torturador.

Ha pasado el tiempo pero no ha llegado el olvido sino la necesidad de una nueva interpretación de las consecuencias de la dictadura en nuestra sociedad. En los primeros años fue una visión directa de muertes, violaciones y exilio, confrontados a una defensa de esos actos por las circunstancias que los produjeron; hoy aparecen nuevas perspectivas que llevan más hacia una observación de las consecuencias en lo más interior o fundamental del ser.El Guillatún

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