El Guillatún

La opresión e uniformidad para controlarlo todo

Nos quieren hacer pensar de una manera, quieren dirigir nuestra mente e ideologías hacia un camino ya establecido para que no pongamos obstáculos frente a su objetivo, que no seamos caballos de carrera competitivos, sino tortugas que nos quedemos detrás y solicitemos de rodillas su ayuda, imploremos y roguemos sin dignidad un pedazo de pan y un techo para cobijarse. Por eso nos doman, nos amansan, nos hacen «perros buenos y cariñosos», para que no les pasemos de lugar, no les seamos problema. Estamos constantemente situados en un rodeo en plena amansadura (o domadura), pero ¡cuidado! que si nos salimos de los límites o quebramos los parámetros, si somos una manga de inútiles subversivos, si tenemos conciencia, si pensamos, legislarán con nosotros y nos pondrán la Ley Hinzpeter… para mantener el orden público, claro.

Y al final, nos manejan de tal forma que nos terminamos peleando entre nosotros, creyéndonos mejores, luchando y arrancándonos los corazones por metas falsas y superficiales, juzgamos al otro con dejo despectivo y más que juzgarlo, lo prejuiciamos, lo herimos y lo maltratamos, sin pensar en el daño que hacemos. Sociedad. Sociedad es lo que está destruyendo la vida. Sociedad. Sistema. Globalización. ¿Y adónde queda la comunicación? Ahora mismo, en vez de estar escribiendo esto frente a una pantalla, podría estar hablando con mis padres, con mi hermano o algún amigo, relacionarme con otro ser, ayudar a un vagabundo o prestar un pequeño servicio a alguien que lo necesitase.

Eso es Amansadura. O por lo menos eso provocó en mí. Una obra escrita y dirigida por Pablo Manzi, una comedia irónica, con fuerte crítica a la opresión sistemática, la violencia, el juicio y la exclusión. Un grupo de personas reunidas en el consejo vecinal van proponiendo nuevas ideas y en torno a esto se genera un hecho que pondrá en aprietos sus verdaderos valores al momento de tomar una decisión terminante. La dignidad, palabra a la que recurren mucho, se verá afectada y trastocada, sus ideales se tergiversarán aplastando e injuriando a los demás, solamente para tratar de descubrir una «verdad», sin saber que la solución principal es hablar, comunicarse, conocerse. Un muy buen texto que por momentos cuesta digerirlo por completo, debido a la rapidez de la conversación, de la dinámica y ritmo de la escena. Además el texto, a ratos, es muy complejo y profundo, cuya comprensión se hace dificultosa.

Se denota en la dirección un interés por presentar personajes estereotipados (que aportan a la historia que se quiere contar y el mensaje que se pretende dejar) que sólo al final de la obra van abriéndose al mundo de forma más multidimensional.

Las actuaciones destacan sobre todo en el doble rol: cuando los actores juegan con más de un papel y generan una creación interesante y verdadera. Puede pensarse que son otros actores, especialmente porque éstos salen de escena y entran caracterizados diferentes, considerando además el buen trabajo interpretativo conseguido.

El final se da muy repentinamente y no se logra absorber todo lo sucedido, hilar todas las ideas y cerrar la historia. Sin duda, el camino a la casa (a la pega o al carrete) va a ser un momento de profunda reflexión. ¡Ah, y no se deje amansar!El Guillatún

Amansadura se está presentando en el Sindicato de Actores de Chile, Sidarte, hasta el 14 de diciembre, de jueves a sábado a las 21:00 hrs. y el domingo a las 20:00 hrs.
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