El Guillatún

Un brasileño en Madrid

Leo Minax

Leo Minax. Foto: Ale Megale

Hay algo de generosidad, generosidad muy grande cuando dos cantautores aúnan sus talentos y oficio para componer una canción juntos, dejando de lado egos, mañas y horas de trabajo en soledad. Si a esto le sumamos una mutua admiración que lleva años, el resultado puede ser increíble. Es lo que me sucedió con el músico brasileño Leo Minax cuando hace casi dos años me escribió un mail proponiéndome ponerle letra a una música suya; algo que veníamos conversando desde hace tiempo y que concretamos finalmente hace un año cuando envié la letra terminada respetando prolijamente la melodía original.

Conocí la música de Leo hace muchos años, no puedo recordar con exactitud cuando ni como, pero seguramente fue a través de un amigo melómano que tenía una copia de su segundo disco (Sol no breu, 2000); y también probablemente por la canción Causa e efeito, a la cual llegué a través del cantautor uruguayo Jorge Drexler, autor de su letra y quien la grabó en castellano en el año 2002. Yo, como gran admirador de la Música Popular Brasilera (MPB), caí rendido ante este talento nacido en el estado de Minas Gerais, Brasil, heredero de tan grande tradición musical, pero transplantado en la península ibérica. Sí, el artista que estamos comentando ha realizado casi toda su carrera basado en Madrid, ciudad a la que llegó a fines de los ochentas, y en la que inició su discografía en el año 1996 con Bonito de escutar.

Sus canciones alternan tanto el portugués como el español, y la estética sonora también toma elementos de ambos mundos: el característico batido de la guitarra acústica con cuerdas de nylon que escuchamos en gran parte de la música brasileña, como por ejemplo en la canción Tudo de bom (2006); versus la reconocible musicalidad española de sus bandas de acompañamiento, como es el caso de la bilingüe Rojo y blanco (2006). Con el pasar de los años sus inicios basados en la sonoridad del jazz y la fusión (de los cuales es muy difícil encontrar rastros en internet) han ido mutando con la incorporación de algunos elementos del rock (Um segundo no infinito, 2009), electrónica (Filigrana, 2002), hasta llegar a su más reciente alianza, un disco que pronto editará junto al proyecto danés Steen Rasmussen Quinteto.

Otra buena forma de acercarse a su trabajo a través de internet son los numerosos videos que hay en Youtube con versiones acústicas en solitario, la mayoría publicadas en el disco Sem tirar nem por (2010), entre las que destaco esta bella canción cantada en español, titulada Me llamas por favor.

A su vez, no puedo recordar como Minax llegó a conocer mi música, pero seguramente fue a través de la difunta red social Myspace y las canciones que yo tenía publicadas en ese entonces. Rápidamente establecimos una grata relación epistolar y hemos seguido estando al tanto de nuestros pasos y publicaciones. Una sola vez pudimos habernos encontrado en un escenario, pero la vida nómade no nos hizo coincidir, yo estaba recién llegado a Bogotá para tocar allá por primera vez en abril de 2011, mientras Leo Minax debutaba en Santiago con un show acústico en el bar Thelonious. De esa ocasión quedó un disco de regalo firmado que un amigo en común me entregó a los pocos días al encontrarnos en la capital colombiana.

Con un vasto historial de colaboraciones autorales (parcerias, como se dice en Brasil), que además de Jorge Drexler también incluyen a otros músicos que admiro, como Ximena Sariñana, Pedro Guerra o Vitor Ramil; no puedo más que sentirme orgulloso y agradecido por la confianza de Leo Minax. Por mi parte, el resultado de esta co-autoría podrá escucharse el 2014 en mi próximo disco.El Guillatún

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