El Guillatún

Mi descarte favorito

George Harrison

George Harrison.

Muy de pequeño, debido a mi fanatismo por los Beatles, me tocó aprender que además de las canciones que todos conocíamos de nuestros artistas favoritos y que estaban a nuestro alcance con comprar los discos o escucharlas en la radio, existían otras. Otras que por variadas razones no pasaban un proceso de selección para quedar en el disco, otras quizás malditas para sus autores y que quedaban guardadas. Las llamadas «canciones inéditas», «descartes» u «outtakes» en inglés. Me refiero a canciones que pasaron por todo el proceso de composición, demo, producción; y llegado el momento de hacer el orden del disco quedan fuera, como aquellos seleccionados que viajan y pasan todo el mundial en la banca sin jugar un solo partido.

Tenía algo de heroico y misterioso encontrarlas, ya desde varias décadas atrás proliferaron los discos llamados «bootlegs», material a veces de dudosa procedencia que albergaba tanto canciones descartadas como conciertos grabados de variada calidad sonora. Mucho de este material comenzaría a editarse legalmente ya para entrados los años ochenta, como una forma de sacar más dinero a artistas que ya lo generaban con una prolífica trayectoria (Bob Dylan, por ejemplo), y quién sabe si no anticipándose a la futura debacle de la industria discográfica en el presente siglo, donde ya sin pudor alguno se saquean archivos de grabaciones con motivo de extender la vida útil de artistas difuntos, como por ejemplo el caso de Jimi Hendrix. La aparición de internet, y en particular Youtube, democratizaría aún mas el acceso a este tipo de material, y a estas alturas tiene algo de romántico coleccionar estas nuevas exhumaciones de canciones que siguen apareciendo, pues es muy fácil encontrarlas a un click.

De los queridos Beatles hay todo un catálogo de canciones inéditas que es bien conocido, y en particular por el ejercicio que hicieron a mediados de los 90s en agruparlo oficialmente en la serie Anthology. Pero yo, que era un púber a comienzos de los noventas y escuchaba un programa de radio que revelaba todos estos secretos llamado «Ruido de Liverpool», quedé maravillado en especial con esta: «Not Guilty», una canción compuesta por George Harrison que a última hora no clasificó para el White Album (1968). ¿Cómo fue posible tal aberración? Para mí está por sobre la media del repertorio de este ecléctico álbum, es una canción oscura, y hasta tétrica en su sonido, si hacen falta adjetivos. Comienzo a averiguar de su historia para escribir la presente columna y me encuentro con dos hechos que influyeron en la decisión de quitarla del álbum. Primero, su complejidad; pese a que no pude averiguar si es Paul McCartney o Ringo quien toca la batería, la canción contaba con cambios de métrica y tempo, y requirió la no despreciable cifra de… ¡102 tomas! Para llegar a su versión «final». Versión que fue seleccionada para ser editada a mediados de los 80s en un compilado de descartes que se iba a llamar Sessions, el cual rápidamente fue desaprobado por los Beatles sobrevivientes y quedó archivado. Misma versión que años después pudimos disfrutar oficialmente —ligeramente editada en su duración—, en el volumen 3 del proyecto Anthology.

Pero también no deja de ser importante la tensión que inspiraba su letra, compuesta en 1968 después del viaje que hizo la banda a la India a tomar un curso de meditación con el Maharishi Mahesh Yogui. El regreso a Londres y el inicio de las sesiones de grabación del nuevo álbum estuvieron marcados por un distanciamiento entre todos sus integrantes. Se hablaba de que prácticamente cada uno estaba haciendo su disco solista con la mínima ayuda de los otros, y a George Harrison históricamente siempre le tocó el pedazo más chico de la torta, lo cual no iba a ser la excepción en este nuevo trabajo. Una canción por lado del vinilo, y al ser este un álbum doble, el Beatle más joven fue restringido a aportar con cuatro canciones. Se dice incluso que ni su clásica «While my guitar gently weeps» motivó demasiado en su momento a Lennon y McCartney, de no ser por el hecho de que contaba con Eric Clapton de músico invitado. Volviendo a «Not Guilty», en particular la línea «I won’t upset the Apple cart» (haciendo alusión al recién formado sello discográfico de la banda) fue tomada como una crítica solapada a la constante marginación del trabajo de Harrison, y la suma de todas estas cosas terminó dejándola fuera del álbum.

La historia es conocida, y el tiempo sería justo con George Harrison una vez separada la banda. Su disco All Things Must Pass de 1970 es considerado el mejor de un Beatle como solista, y como no, si está compuesto en su mayoría por material trabajado en paralelo a los últimos años de carrera del cuarteto. Aún así, «Not Guilty» tendría una primera oportunidad de entrar en la historia oficial a poco más de 10 años de su creación: esta pálida versión fue registrada por Harrison en su álbum homónimo de 1979.El Guillatún

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