El Guillatún

La voz dorada

Leonard Cohen

Leonard Cohen. Foto: Wikimedia Commons

Hay voces que cierta gente cree que quizás no nacieron para cantar sus propias canciones, por lo menos para los cánones del gusto popular y la música que escuchamos usualmente en la radio. Pero empecinadamente construyeron una carrera con esa distinción. Distinción necesaria en un mundo que tiende a la monotonía y a la uniformidad. «I was born like this, I had no choice, I was born with the gift of a golden voice» (nací así, no tuve elección, nací con el don de una voz dorada) cantó alguna vez el canadiense de voz grave Leonard Cohen en una de sus canciones más emblemáticas, «Tower of song».

Hace pocos días otro cantautor de voz reconocible y particular, Bob Dylan, recibió el reconocimiento «Persona del año» por la organización Musicares —dedicada al cuidado de la salud de músicos necesitados en los EE.UU.—, y en un estupendo discurso de agradecimiento, que pienso que debería ser material de enseñanza obligatoria en los colegios, menciona con mucha admiración a varios intérpretes que durante la década de los sesenta versionaron sus canciones al punto de llegar en ciertas ocasiones a convertirlas en hits radiales. Pero tampoco faltó la queja, y Dylan se dirige a la prensa y sus detractores de la siguiente manera: «Oh, sí. Los críticos me dieron duro desde el día uno. Los críticos dicen que no puedo cantar. Que croo y sueno como una rana (…) Los críticos dicen que mi voz es plana. Que no tengo voz. ¿Por qué no dicen esas cosas de Leonard Cohen?».

En otra parte de su discurso Dylan cuenta que Sam Cooke (figura del soul de los años sesenta) cuando le celebraban que tenía una bella voz decía: «Eso es muy amable de tu parte, pero las voces no deberían ser medidas según su belleza. Ellas solo valen si te convencen de estar diciendo la verdad». En base a esto, ¿puede una versión —o cover como suele decirse habitualmente— ser más verdadera que la original? ¿Hay algún misterio en la canción que el autor a veces no logra descifrar al estar tan cerca de su creación y transmitir adecuadamente; siendo otro el indicado para llevarla más allá? Le pasó a Leonard Cohen, que si bien también ha sido un artista bastante versionado a lo largo de la historia, hay un caso particular de una canción suya que terminó trascendiendo en voz de otro: es el caso de «Hallelujah», una sombría balada tipo gospel que fue editada en 1984 sin mayor repercusión, la cual llegó a tener casi 80 versos en el borrador de su letra, varios de los cuales fueron reutilizados en sucesivas versiones interpretadas en conciertos del canadiense.

10 años después un debutante músico norteamericano llamado Jeff Buckley reuniría parte de aquellos versos con algunas diferencias y la grabaría en el que fue su único disco editado en vida, Grace. Una apasionada, calma y cuasi litúrgica versión para una canción repleta de referencias bíblicas, que expandió los límites de la misma a niveles insospechados. En palabras del propio intérprete cuando solía presentarla en vivo: «A hallelujah to the orgasm… an ode to life and love», casi como si la canción hubiese sido escrita para su voz, la única autorizada. Una bella voz por cierto, que se apagó trágicamente en el año 1997 y dejó esta canción a la deriva para más versiones, incluyendo una en la banda sonora de la película Shrek a cargo de Rufus Wainwright. Incluso llegó a caer en manos de cantantes de reality shows gringos ya bien entrada la década pasada, lo cual le valió un reconocimiento tardío en las listas de éxitos como si se tratara de un individuo fallecido. Una canción completamente despegada de su autor original.

Pero en el caso de Bob Dylan, paradojalmente no sería una «bella» y común voz quien llevaría más lejos una de sus canciones, sino otra voz particular. Ambos herederos del blues, y con el tono arrastrado y casi declamado de un reconocido discípulo y admirador, la versión del guitarrista Jimi Hendrix para «All Along The Watchtower» es reconocida por los críticos como uno de los mejores covers de la historia. En el mismo discurso pronunciado hace pocos días, el cantautor de Minnesota lo recuerda con un sentido «Tengo que agradecerle a Jimi también. Ojalá estuviera aquí».El Guillatún

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