El Guillatún

La canción aprende a hablar

Peter Gabriel

Peter Gabriel.

Se denomina «laleo» a una de las primeras etapas de adquisición del lenguaje (después del llanto) en los bebés, y ocurre aproximadamente a partir de los seis meses de vida. Consiste en la repetición constante de sonidos vocálicos, a menudo acompañados de consonantes (ga ga ga, da da da) que surgen de la imitación imperfecta de lo que oyen de las personas a su alrededor; todo esto aún lejano del idioma que más adelante hablarán (lengua materna).

Sin saber que era una práctica común, cuando era adolescente y empecé a componer mis primeras canciones, éstas nacían de una forma muy parecida. Recuerdo que mis primeros intentos eran cantados utilizando la sílaba «na»; melodías muy rígidas y planas, ya que el «na na na na» no me sugería matices ni gran cosa, más bien se asemejaba a un instrumento de percusión melódico, como el metalófono que nos tocó aprender en el colegio. A medida que fui creciendo empecé a desarrollar el vicio de tararear estas primeras melodías en una especie de inglés ficticio, vicio que con el tiempo he podido comprobar que se dio en una gran cantidad de músicos de habla hispana, principalmente ligados al rock. Charly García incluso una vez bautizó este idioma como «Wareschol», y muchos rockeros argentinos de los ochentas lo reconocen como método de composición con ese nombre. La gracia está en «traducir» después esa letra del Wareschol a la lengua materna, encontrar lo que hay detrás de ese laleo avanzado y adulto, palabras sugeridas, frases sin sentido aparente hasta que empiezan a adquirir sentido. Igual me queda la duda de cual es el idioma que utilizan los músicos anglo para componer… ¡Pues claramente no debe ser un derivado del español!

No todos los músicos se dan fácilmente a revelar sus métodos de composición, y generalmente hay cierto celo en proteger el material no oficial, como los demos. Por eso mismo salté de alegría al conocer la publicación en 2011 de la edición de 25° aniversario del disco So de Peter Gabriel, la cual incluye un disco dedicado a una especie de «making-of» de cada canción. De 6 a 10 minutos duran estos clips de audio en que podemos escuchar ininterrumpidamente todo el proceso de composición de las canciones, desde el demo más precario y cantado en el «wareschol» propio de este cantautor de habla inglesa, hasta las versiones más avanzadas de estudio junto a la banda y la letra casi definitiva. Una de mis favoritas es Red Rain, para mí la quintaesencia del sonido Gabriel, incluyendo la participación destacada de su piano Yamaha CP80, tan inseparable a él como lo fue la guitarra Fender Stratocaster a Jimi Hendrix.

Es precisamente en este piano, más la compañía de una máquina de ritmo, que se inicia el proceso de la canción: el bebé Red Rain balbucea en una serie de fonemas que a medida que avanzamos en el tiempo desembocan en un insistente «red rain», como hilo conductor que más adelante daría las pistas para la onírica letra definitiva. Varias melodías, palabras y secciones notamos que irán de a poco quedando fuera de la edición final, el bebé no solo tiene que aprender a hablar, sino que también a tomar las decisiones correctas y quedarse con lo necesario.

El hitazo del disco, Sledgehammer, también tuvo su proceso particular. Esta vez los laleos iniciales suenan más parecidos a un cántico africano, matizado con unos cuantos «baby» entre medio, y como se trata de una canción inspirada en héroes del soul como Otis Redding, lo que Peter Gabriel siempre privilegia es el ritmo y la repetición antes que intentar probar más secciones distintas para editar. Un bebé que siempre la tuvo clara al fin y al cabo.

Hay un documental hecho para televisión muy inspirador sobre Peter Gabriel que muestra el proceso de creación y grabación de su disco anterior, conocido como Security o Peter Gabriel IV. En él podemos ver a un padre dedicado, que explora todas las posibilidades de estas nuevas criaturas, mucha improvisación, mucha repetición, horas frente al piano hasta dar con la melodía adecuada. Si bien yo he tenido paciencia con ciertas canciones al componer, generalmente trato de agotar pronto las posibilidades, necesito ver al hijo grande luego para ir deshaciéndome de él. He pasado hasta meses escuchando mi propio wareschol que aún no encuentra palabras, y quizás le doy excesiva importancia a ellas; mas rara vez me pongo a investigar qué es lo que me están dictando esos fonemas. Quizás es por eso que nunca he querido componer en inglés.El Guillatún

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