El Guillatún

Corazón terco

Stubborn Heart

Stubborn Heart.

Utilizando la tan de moda técnica del copy paste, puedo contar que el oído medio es una cavidad casi cuadrada, ubicada en el interior de la porción petrosa (peñasco) del hueso temporal. Es una de las tres partes del oído (siendo las otras dos: el oído externo y el oído interno), y se encuentra en la parte superior del cerebelo, entre las masas encefálicas y el tímpano, todo esto según Wikipedia. Para mí es la sección del oído por donde la música se queda para siempre en la memoria emotiva, en vez de pasar desapercibida en esta época en que nos encontramos ante una sobreoferta de discos y canciones para escuchar todos los días, debido a su fácil acceso a través de Internet, pero también de acuerdo al nivel de curiosidad (y hambre) de cada usuario.

Así comienzo esta serie de columnas en las cuales me dedicaré —como auditor que soy además de músico que escribe por primera vez una columna— a presentar y comentar sobre algunos artistas de este y otros lados del mundo, cuyas características en común son no ser de gusto masivo (por lo tanto a veces difíciles de pillar) y también haberme conmovido profundamente como oyente, llegando a formar parte de ese selecto grupo llamado «las cinco carpetas que te llevarías a una isla desierta» hasta que duren las pilas del reproductor.

El más reciente descubrimiento que hice fue a través de una recomendación personal, que suele ser una forma habitual de renovar la «discoteca virtual» cuando uno —como es mi caso— no es tan busquilla ni tampoco se adapta del todo a la sobreoferta actual. El dúo británico Stubborn Heart debutó con un interesantísimo disco homónimo a finales de 2012 y desde la tercera escucha no ha vuelto a salir de mi reproductor, transformándose en banda sonora de mi presente. Conformado por Luca Santucci (voz) y Ben Fitzgerald (producción), dos músicos con trayectorias anteriores en la escena dubstep y electrónica del under londinense, se han autodenominado en diversas entrevistas como un proyecto de «Soul electrónico desde el corazón», poética manera de introducirse en esta elegante colección de canciones, en una época en donde los medios se regodean y nos enredan con sucesivas etiquetas y sus posteriores mezclas y fagocitaciones entre ellas (post, pre, after, neo, etc).

Bajo mi percepción estamos ante un disco básicamente de «soul» blanco, por las sentidas interpretaciones de Santucci dueño de un privilegiado vibrato devoto de una larga tradición que viene desde Marvin Gaye y que hasta incluso puede emparentarse con lo más reciente que ha grabado Thom Yorke (su proyecto solista y en particular los dos últimos discos con Radiohead). Son diez canciones que oscilan entre lo enigmático y melancólico, algunos casi-hit (que no lo serán) y la contemplación de la obra redonda. Stubborn Heart es un disco que se deja escuchar con calma y se disfruta de principio a fin sin admitir el skip.

Una de las cosas en particular que más me atrajo sobre la producción de este trabajo, fue su fino cuidado en priorizar la canción antes que el riesgo de perder el rumbo sobrepoblándola de elementos. Es decir, ¡saber que puedes dejarlas sólo con un piano o una guitarra y estas canciones seguirán siendo grandes canciones! Es la sensación que me dejó y que elevó rápidamente este disco a ese panteón en que atesoro otros pequeños discos sin grandes ambiciones pero que renuevan día a día mi interés en seguir haciendo (y apreciando) música.

En su sitio de Soundcloud podemos encontrar prácticamente la totalidad de sus canciones publicadas hasta hoy, no sólo el disco debut en cuestión sino que también algunos EP’s, lados B y remixes.

Para saber más detalles de trivia, como por ejemplo que el disco fue editado por el prestigioso sello One Little Indian Records (Björk, Sigur Rós, Sinéad O’Connor y recientemente Paul McCartney!), recomiendo un par de artículos en habla española:

¿Mi puerta de entrada a la música de Stubborn Heart? El sencillo video para la canción que cierra el disco, «Need Someone».

Por ser primera vez que me toca cerrar una columna, la cierro imaginando una larga y productiva carrera futura de este dúo, música que me acompaña, música del 2012 que me ayuda a disfrutar el presente.El Guillatún

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