El Guillatún

Los perros también sueñan

Isla de Perros

Jeff Goldblum, Bill Murray, Bob Balaban, Edward Norton y Koyu Rankin en «Isla de Perros» (2018).

Atari Kobayashi es un niño de doce años que ha perdido a su perro Spots. Más bien, se lo han quitado. Un brote de fiebre canina se ha expandido a través de la ciudad de Megasaki y el alcalde Kobayashi, su padrino, ha impulsado una campaña para desterrar a todos los perros del lugar. Estos son enviados a la isla Trash (basura en inglés). Seis meses después, Atari aterriza aparatosamente en este pedazo de tierra y junto con cinco perros inicia una épica aventura en la búsqueda de su fiel mascota.

Isla de Perros (2018) es la novena película del destacado director estadounidense Wes Anderson y la segunda realizada en stop motion luego de Fantastic Mr. Fox (2009). Este nuevo largometraje trae a la pantalla grande un detallado trabajo que rescata parte de la cultura japonesa y una imaginativa representación del mundo canino junto a un reparto cargado de talentos.

Y si algo se puede decir con certeza, es que la interpretación de Bryan Cranston como Chief, un perro callejero integrante del grupo de canes que ayuda a Atari, destaca por sobre las demás. Si bien en un principio Chief se muestra reticente a ayudar al chico, Cranston sólo con su voz, nos lleva a través de un viaje interno del personaje, el cual terminará alzándose como parte importante de esta alocada travesía. El resto de la jauría la componen Rex (Edward Norton), Boss (Bill Murray), King (Bob Balaban) y Duke (Jeff Goldblum). Cada uno de ellos destaca por su particular personalidad, en especial Duke, quien resulta ser un perro amante de los chismes.

Esta manada atravesará vastos territorios de la isla Trash con tal de encontrar el perro de Atari. Paisajes que sacan a relucir el cuidadoso y colorido trabajo llevado a cabo por la dirección de arte de la película, la que ha puesto un especial énfasis en el detalle de cada situación. Desde la ciudad de Megasaki, las instalaciones científicas, desagües, templos japoneses hasta la indumentaria y expresiones de los mismos personajes, todo da cuenta de una inusitada organicidad que supera con creces el trabajo visto en Fantastic Mr. Fox. Detalles como el pelaje de los perros movido por el viento y las olas en el mar destacan dentro de una imaginario oriental donde la técnica de stop motion es llevada a otro nivel expresivo.

Sin embargo, este colorido viaje no estará exento de obstáculos. Y es que el corrupto alcalde a cargo de la ciudad de Megasaki hará todo lo posible por deshacerse de los perros de la ciudad, incluso sabiendo que su pupilo Atari está buscando a su mascota. En este aspecto, Isla de Perros resalta por un interesante subtexto que hace referencia al mundo de hoy en día, es decir, a un entorno social en el que con más frecuencia llegan a la cima política personajes que investidos con ideas de progreso y seguridad, arrasan con aquello que más queremos: valores como la diversidad, el respeto y la integración, cualquiera sea la especie.

Por otro lado, Atari no está solo en esta empresa. Además del grupo de perros, sus compañeros de clase en la escuela, unos animalistas rebeldes, harán lo impensado con tal de frenar desde Megasaki la campaña de esta autoridad política. Sumado a ellos estará el Profesor Watanabe, un científico que desde su saber realizará todo lo que esté a su alcance para erradicar la enfermedad que aqueja a estos animales.

Otro elemento que llama la atención proviene desde el guion y es el hecho que gran parte de este largometraje está hablado en japonés sin traducción en pantalla. Decisión que para cualquier película puede parecer arriesgada en miras a su internacionalización, finalmente en este caso resulta su gran atractivo, pues a pesar de que los diálogos no van acompañados de un texto en español ni en inglés para poder entenderlos, la emoción contenida en cada interpretación permite hacernos una idea clara de qué está sucediendo en escena. A esta característica se le suma la música original a cargo de Alexandre Desplat (el mismo detrás de la banda sonora de La Forma del Agua), la que con gran sutileza acompaña los momentos más emotivos del film.

Isla de Perros viene a sumarse a un extenso imaginario audiovisual que ha pretendido humanizar aquel reino animal tan enigmático para nosotros los humanos, un gesto un tanto antropocéntrico por lo demás; con el foco puesto en «el mejor amigo del hombre (y la mujer)» y una técnica de stop motion altamente desarrollada, logra conectarnos con una historia entrañable, recordándonos esa niña o ese niño que fuimos tiempo atrás y el especial vínculo que teníamos con estos seres de cuatro patas que nos llevaba a cometer locuras inimaginables. Wes Anderson vuelve a la carga con un largometraje que sin duda se anota como uno de los mejores de su carrera cinematográfica.El Guillatún

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